miércoles, febrero 25, 2009

Amigos, hoy...

Luego de varias conversaciones telefónicas, hoy tuvimos un encuentro fugaz. Con ese amor del pasado compartimos una botella de vino, fumamos unos cuantos cigarrillos y desnudamos nuestras almas. Sus hijos son su razón de vivir, el motivo por el cual se levanta cada mañana. Vi caer lágrimas de sus ojos contándome de ellos, el día de hoy el menor estaba de cumpleaños y no pudo celebrarlo como hubiese querido. Los fue a dejar a ellos y a su esposa a la casa de su cuñado en la costa. El mas pequeño soltó en llanto porque no se quedaba con ellos, le pidió que de regreso a Santiago lo llevara con él. No pudo contener sus lágrimas y cerrando la puerta volvió a la Capital. Llego a mi casa, tal como habíamos convenido, denotando el cansancio del viaje, la amargura de dejar a sus hijos y el peso de su trabajo sin terminar. Dijo "... hoy no soy buena compañía, creo que es mejor dejar esto para otro día..." Miré a sus ojos, que como dos espejos reflejaron su corazón y llenándose de agua no pudieron ocultar la gran pena que sentía, el dolor de esta separación, tomo mis manos pidiendo perdón, solicitando clemencia y volvió a repetir su pesado soliloquio, "... mis hijos son mi vida..." entonces soltó el llanto, ese llanto de padre ausente a la fuerza, sostuve sus manos y le mire a los ojos, nunca vi tanta tristeza y soledad junta, tanto amor y desesperanza, solo atine a decirle que contara conmigo, que desahogara su corazón, sus penas, sus nostalgias, que el tiempo me había otorgado un gran regalo, volver a encontrarlo, así que no dudara en derramar su amargura, que el tiempo nos había dado la oportunidad de estar nuevamente juntos, ya no como pareja, sino como amigos, y que contara con mi hombro, ya que el tiempo me había enseñado que para eso estábamos los amigos, para contar el uno con el otro en esos momentos en que no vemos ninguna luz al final del camino...

domingo, febrero 22, 2009

Un café con el pasado

Grande fue la sorpresa, cuando al contestar el teléfono, mi pasado estaba llamándome para invitarme un café. Fuimos pareja hace muchos años, me dejo por una amiga, se casó y nunca mas supe de su vida. Nervioso él, ansiosa yo, nos reunimos en un Café cercano a mi casa. Cuando lo vi llegar, sentí que mi corazón quería salir por mi boca. Sigue igual, el pasar de los años solo se notó en los hilos de plata que brillan en nuestras cabezas. Hablamos del pasado y del presente. Yo le hable de Manuel, el hombre maravilloso con que actualmente estoy y de lo feliz que me hace, recordamos viejos amigos, preguntamos por nuestras familias, me contó de sus hijos, del tedio en que había caído su matrimonio, en la mujer que ella se había convertido, tal vez pensando en que podía encontrar en mí un consuelo mas allá de las palabras.


Poco a poco el latido de nuestros corazones llenó el espacio, sus miradas decían mucho más que las palabras, sin querer volvimos a ser esos jóvenes inexpertos que crecieron juntos volviendo nuestras miradas al pasado. Sin embargo, también regresamos a las viejas recriminaciones, a los errores cometidos, volvimos a poner sobre la mesa las miserias que en algún momento nos agobiaron, los temores que jamás confesamos, las necesidades que ninguno fue capaz de ver y satisfacer, los dolores y penas del primer amor, que nos marcó de por vida. Al cabo de unas horas, lo vi irse, mucho más viejo de lo que llegó, arrastrando la desilusión y la amargura de un encuentro que tal vez no fue lo esperado, solo fue un café, un café con el pasado…

jueves, febrero 19, 2009

Delfines...


Anoche soñé algo muy extraño, estaba mirando el mar y poco a poco comencé a caminar hacia él, sus aguas bañaban mis pies y el miedo a su gran inmensidad se fue perdiendo. Avanzaba sin ningún temor, el agua ya llegaba a mi cintura, me deje llevar como un niño en los brazos de su madre y sin darme cuenta ya estaba en las profundidades. Mire a mi alrededor y vi pequeños peces de miles de colores, que felices nadaban en un arrecife, plantas acuáticas que se mecían con las corrientes, pequeños crustáceos, algunos ocultándose en las rocas, otros mirándome con extrañeza, una suave melodía acunaba a todos esos pequeños seres vivientes...
Extrañada, no por estar caminando bajo ese manto de aguas tibias y poder respirar en ellas, comencé a mirar donde se suponía estaban mis manos, mis pies, sorprendida me di cuenta que ya no poseía esas extremidades, las cuales fueron cambiadas como por arte de mágica, por aletas que me permitían avanzar sin ningún problema. Sentí una presencia a mi lado, sin temor los observo, eran unos bellos delfines que jugueteaban a mi lado y me invitaban a seguirlos. Recorrimos juntos los océanos del mundo, descubriendo grandes tesoros naturales, al llegar a un naufragio los vidrios que aún quedaban en una ventana hacen de espejo, al fin pude ver en que me había convertido, yo también era uno de ellos, yo también era un hermoso delfín...

martes, febrero 17, 2009

Maní, fresquito el maní ...


Como todavía no se ha presentado ningún trabajo acorde a mis conocimientos, y ya que la experiencia acumulada en la aventura de la Feria de Navidad pasada me dio confianza, emprendí un pequeño negocio, estoy vendiendo frutos secos, sí frutos secos. Deje los pies en la calle cotizando donde podía encontrar las tres B, bueno, bonito y barato. Termine de recorrer todas las picadas que me recomendaron y otros lugares que me dateaban por el camino. No pretendo hacerme rica con este asunto, pero me mantiene entretenida, permitiéndome no caer en depresión por estar sin trabajo. He dejado volar mi imaginación en la presentación de este producto, aplicando todos los conocimientos de ventas que tengo, que dejándose de bromas no son pocos, además es importante no olvidar que casi el cien por ciento de las cosas entra por la vista, así que comencé a ver si los presentaba en cajitas, en bolsas, si le ponía una etiqueta, una cinta o una cartulina de color para que las bolsas se vieran mas atractivas. ¿Se dan cuenta? hasta para esto la imagen es importante. Bueno manos a la obra, ¡Maní, fresquito el maní…!

sábado, febrero 14, 2009

Viernes de Tertulia

Viernes de tertulia sin ti. Hemos hablado de todo, arreglando el mundo al derecho y al revés, pero tu no estas, tu fantasma ronda este departamento, todo recuerda tu presencia ausente. Tengo que reconocer que mi vida sin ti estaría vacía, yerma, sin destino. Solo me permite sobrevivir la idea cierta que los días de separación son cada vez menos. Nuestras almohadas están impregnadas a ti, a tu ser, a tus aromas, mi cuerpo espera volver a tenerte, a que dulcemente me hagas tuya entre caricia y caricia, entre beso y beso. Los tiempos se acortan, las distancias disminuyen, mis ansias crecen, crecen por tu espera...

jueves, febrero 12, 2009

Apaga la Tele


El destino de ese día era ir al Puerto de San Antonio a comprar pescado y lograr que mi padre caminara un poco. Paseábamos con mis padres, mi hermano menor y mi cuñada, cuando ella me llama la atención para que vea un escrito en una pared, me pareció interesante y por eso quiero compartirla con ustedes, personalmente concuerdo plenamente con ella... ¿y ustedes?

lunes, febrero 02, 2009

Nostalgia

Con nostalgia recuerdo en estos días ese cuerpo tibio, sus olores y sabores, nuestras largas conversaciones a la luz de las velas, sus labios con sabor a licor, su mano en mi sexo, sus miradas profundas como el mar, el roce de mis labios en su cuerpo, nuestras caricias furtivas, las noches de pasión, nuestros amaneceres sin dormir, los encuentros secretos…pasaran muchos días más sin que podamos gozar de nuestros cuerpos, sin que podamos amarnos hasta no mas poder, sin que solo con su mirada y una caricia me lo diga todo sin necesidad de expresar palabra alguna...

Infidelidad

Infidelidad... consecuencia de la soledad, la falta de cariño, la no demostración del afecto, los períodos prolongados de aislamiento forzado, las noches frías y camas vacías, la necesidad de tenerle y que no este, los recuerdos de las noches de sexo, que solo han quedado en eso, la costumbre, la monotonía... difícil tarea la de vivir en pareja sin caer en la tentación de probar el fruto prohibido... de experimentar sensaciones en otra piel, de volver a sentir la adrenalina por lo vedado... caricias ocultas en alguna calle a oscuras, besos con sabor a culpa, caricias consideradas pecaminosas, sintiendo el corazón latir con una fuerza olvidada, como si no existiera nada mas que ese momento... las mariposas en la boca del estomago, el palpitar agitado de la sangre por las venas y la sien, el rojo de los labios y las mejillas... sensaciones olvidadas en la rutina, esa rutina que te traga, que te absorbe, que te mata...