Ya vuelves de tu último viaje. Te veo y solo quiero, abrazarte, besarte, acariciarte. Al mismo tiempo me siento pequeña a tu lado, pequeña como una niña que necesita que la protejan en una noche de lluviosa tormenta. Con el tiempo me he acostumbrado a estar contigo de a poquitos, alimentarme con miradas furtivas, de noches que no alcanzan a ser noches, a tus caricias, a tu entrega, a mi entrega, a nuestra entrega, esa que sentimos desde el primer día en que me besaste. ¡No! No me pidan recordar cuando, ni porque … que importa cuanto tiempo hemos estado juntos , lo que mas importa es vivir esto que tampoco tiene nombre hasta que el tiempo nos diga basta …
domingo, agosto 10, 2008
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4 comentarios:
Vivelo nada mas, dudo que el tiempo diga basta.
No es un volver como el del tango...claro, no es ni con la frente marchita ni los veinte años ni esas cosas.
Es la vuelta a la plenitud de los sentidos que pueden percibir a quien nos acoge ante cualquier situación contingente. Y se da un paso bien grande cuando no es el tiempo el que se valora, sino que los momentos; y cada momento, vivirlo con toda la intensidad.
Saludos afectuosos, de corazón.
Jose Eduardo, mi querido Pepé que Dios te escuche y el Diablo se haga el sordo.
Un gran abrazo para mi Gurú
Luis, gracias por tus palabras, yo no acostumbro a contestar los comentarios, pero considero que hacerlo vale la pena
Un beso para mi nuevo amigo
Él vuelve, como siempre, al final siempre termina volviendo, donde se siente en casa, donde está en casa.
Mona
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