jueves, octubre 30, 2008

Yerma

El matrimonio y la maternidad nunca han estado dentro de mis prioridades. Ustedes se preguntarán ¿Qué clase de mujer soy?, bueno paso a explicar, el Matrimonio nunca fue una prioridad en mi vida, he visto tantas parejas que sin firmar documento alguno son felices, los matrimonios como los de mis padres ya no existen. Lo de la Maternidad fue un golpe duro, saber que no podría tener hijos me mantuvo un buen tiempo triste, además me di cuenta que tampoco había encontrado al hombre con el cual me gustaría tener un hijo.
Han pasado varios años y encontrándome en mi edad adulta, me tope con un hombre maravilloso, y estando a su lado mis instintos maternales despertaron, ansiando lo que naturalmente no puedo tener, un hijo, un hijo del hombre que amo. Difícil el tema, no lo he conversado con él, prefiero no hacerlo, además aunque se pudiera yo estoy en edad de tener nietos mas que hijos. Bueno siempre he dicho que por algo yo tengo dos hermosos sobrinos, tal vez la maternidad no estaba en la lista de quehaceres que me tocaba realizar… tal vez estoy destinada para otras funciones… tal vez hay tantos tal vez que preguntar que no vale la pena… seguiré este camino trazado sin descendencia propia… ser una mujer que nunca va ha sentir la alegría ni los dolores de la maternidad… ser una mujer yerma que siente el vacío que significa tener un vientre seco que no puede dar vida…

4 comentarios:

decisiones para la vida dijo...

Manita, no sabes como te entiendo. Pero retomando lo que tú misma dices, qué sería de esos sobrinos si no estuviera esta tía buena para regalonearlos, querendona y qué sería de mis hijos sin ti, los cuatro te adoran, recurren a ti cuando están con problemas, igual que a una madre, lloran contigo al igual que con una madre...
Sin duda, es difícil aceptar que tu cuerpo no pueda contenerlos dentro, pero te aseguro que los hijos putativos que te han llegado reconocen en ti el vientre que les dio otra mujer, el cariño y el amor que brota de tu corazón.
Te quiero mucho,
Mona

Don Pepe dijo...

Amiga quizas nunca te lo hubiera dicho de esta forma, pero no puedo evitar que mis ojos se empañen por tu sentir, al igual que el comentario anterior, tu sobrinos son tus hijos, tu sangre, asi como lo fue una vez tu hermano al cual me confesaste haber jugado a ser mama con un muñeco de verdad.
La vidanos da por una parte y nos quita por otra, quizas te acompañe en el mismo dolor, por no faltar a la naturalez y tu sabes por que te lo digo, pero se que cuando la vida se nos apage, cuando los suspiros pesen mas que hoy estaremos juntos, hasta la ultima palabra de aliento, hasta el ultimo serrar de nuestros ojos...

Mi Ser dijo...

Y la vida nos voltea de tantas formas…
Se aprisiona el alma en las ausencias del que no llegará….
Como se tiene nostalgia de lo que no se ha vivido no?....

Se Abrazan mis afectos a esas ausencias…
A aquellas que se suplen con la sonrisa de los amados…
Con la mirada de los niños….
Con el comprender de los amigos…
Y beso dulce del amado….

Los Hijos llegan de maneras increíbles…
No sé porque sucede así….
Pero lo vivo y lo agradezco… de la manera que sea…
Y mi vientre no es Seco… como el tuyo tampoco lo es…
El Amor ES… ES y no deja de Ser.. Jamás…

Mi Ser…
(le deje letras en mi blog para Ute… Encuéntrese)

Anónimo dijo...

Recuerdo que hemos conversado el tema un par de veces...sin duda que este nuevo escenario no estaba del todo contemplado.

Entiendo que la adopción no es lo mismo que tener un hijo de modo natural, fruto de la unión de dos seres; pero si el instinto maternal se ha despertado en tu ser...quizás podría considerarse la opción luego de una charla en profundidad con ese hombre maravilloso.

El vientre podrá estar seco, como dices...pero jamás tu corazón; tenlo claro. Y José Eduardo señala que se nos da por un lado y se nos quita del otro; claro, ahora te puede parecer un poco injusto...pero si las tuviéramos todas, no sabríamos apreciar lo que está en su justo valor. Saludos afectuosos, de corazón.