viernes, febrero 03, 2006

Recuerdos ...

Los recuerdos se agolpan rápidamente, torpes como en el comienzo, dulces y amargos, esos días parecían más largos, las noches más estrelladas. Corríamos descalzos por el largo patio acompañados por los perros, nos parecía internarnos en la selva virgen (en ese tiempo yo también lo era), los arboles llegaban al cielo, jamas pensamos que tendríamos que crecer, todo era simple y natural. Los animales se veían gigantes, caballos percherones, pavos que parecían querer dicirnos algo, gallinas con sus retoños y vacas lecheras manchadas que nos miraban sin mirar. Los almuerzos con la familia, el ritual para preparar humitas o pastel de choclo, los deberes de los niños, dar comida y agua a los animales, retirar los huevos del ponedero, en invierno ayudar a encender los braceros con carbón, jugar, si jugar, pero no con juguetes comprados sino con porotos (era nuestro ejercito) o simplemente con una de las tantas ramas que servían para hacer el fuego donde se colocaba una marmita para cocinar a fuego lento, las conservas caseras que hacia la abuela. La vida era simple y bella, llena de olores y sabores, repleta de imagenes y colores, igual que los colores del arcoiris o de un prisma. Pequeñas cosas nos hacian feliz, ver nacer un pollito, el vuelo de una mariposa, subir a los arboles a sacar fruta, jugar en los canales de regadio, sin temor a las enfermedades (que para serles franca, siempre pasaron por mi lado quedandose todas en mi hermano), terminar el dia agotados, pero felices.
Pensamos que el mundo era eso, flora y fauna "nativa", que los limites del mundo terminaban en ese portón rústico, que separaba nuestra niñez de los peligros, que como adultos vivimos día a día.
Pero terminaron esos días de infancia olorosita, calida, grata, cada uno tomo el camino que eligió, para bien o para mal, ahora luchamos día a día por sobrevivir en otra selva, ya no la selva de la infancia, que era hermosa y bienhechora, sino en la selva de cemento, donde, como dice una canción de un grupo Argentino, "todos luchan por mantener sus puestos"...

1 comentario:

Luzjuria dijo...

Hermana, la vida nos da momentos que vale atesorar, y como dice la Viola, nos da la risa y el llanto para poder distinguir, la dicha del quebranto, si no fuera asi no sabriamos que es vivir ...